Paul Wittgenstein, el pianista que perdió un brazo en la I Guerra Mundial
La I Guerra Mundial siempre ha estado considerada como la Gran Guerra donde participaron la mayor parte de países europeos, en ese momento las grandes potencias mundiales. Este desgaste le vino muy bien a Estados Unidos que, desde ese momento, se convertiría en la nación más prospera del planeta.
Durante la contienda que duró algo más de cuatro años, muchas personas del mundo del arte tuvieron que dejar sus ocupaciones para combatir en el frente defendiendo a su país, lo que costó más de una vida, y costó que el mundo civilizado de la época se paralizara durante cuatro años.
Una de las historias más sorprendentes que nos dejó la I Guerra Mundial fue la del pianista austriaco, Paul Wittgenstein que, después de estar en el frente al principio de la guerra, logró retomar su carrera como pianista, pero esta vez sin una de sus brazos, el derecho , que perdió tras ser herido en Polonia y capturado por las tropas rusas.
Niñez musical
El pianista zurdo nació en Viena en 1887 en el seno de una familia de buena posición austriaca. El nacer en esta familia le valió para conocer a todo tipo de artistas que pasaron por su casa en sus años de juventud, consiguiendo amar la música desde muy pequeño.
Con ocho hermanos, uno de ellos el filósofo Ludwig Wittgenstein, y con la influencia artística de sus abuelos y su primo adoptado por la familia, Joseph Joachim, un excepcional violinista de la época, Paul consiguió que la música fuera la salida más lógica para su vida futura. Su propia madre organizaba veladas musicales, siendo ella una gran artista, a las que solían acudir personalidades de la música como Gustav Mahler, Bruno Walter, Richard Strauss o Pau Casals, entre otros.
El suicidio de dos de sus hermanos mayores, por la rectitud en la educación que su padre, Karl Wittgenstein, pretendía, hizo que la familia entrara en una profunda depresión y que el progenitor educara a sus hijos menores con algo más de libertad. Fue en la música donde Paul la encontró.
Antes de que su vida cambiara para siempre, Paul ya ofreció algunas veladas al piano, y estudio, primero junto a Malvine Bree, y poco después con todo un virtuoso del piano, el polaco Theodor Leschetizki. En 1913, cuando contaba con 26 años, debutó oficialmente como compositor e interprete de piano en su ciudad natal, Viena.
Las criticas fueron buenas, aunque Wittgenstein no era un erudito del piano, consiguió varios reconocimientos en Viena por su trabajo tocando el piano. Pero su vida cambió un año después.
Llamada a filas
Con el estallido de la I Guerra Mundial, Paul y su hermano Ludwig fueron llamados al ejercito y tuvieron que dejar su profesión artística. Fue durante sus primeras exploraciones, en la conocida campaña de Galitzia, situada en la actual Ucrania, mientras se dirigía a la frontera con la vecina Rusia, Paul recibió un disparo por sorpresa quedando inconsciente.
Cuando se despertó, Wittgenstein ya había sido traslado al hospital, y lo que es peor, había perdido el brazo derecho. Durante un tiempo resignado, pero ya en casa, Paul no quiso acabar con su carrera como pianista y se puso a trabajar para interpretar obras compuestas solo para brazo izquierdo, algo que jamás se había hecho en el mundo de la música clásica, y que pocos han hicieron en los años siguientes.
Durante su estancia en el hospital, trabajó para perfeccionar su técnica con un solo brazo. Dibujó en una caja una especie de piano en el que practicaba más de siete horas al día, aunque no escuchaba ningún tipo de sonido. Fue gracias a un diplomático danés que Paul fue trasladado a un lugar donde pudo acceder a un piano. Allí pudo ensayar durante horas, tocando obras que se sabía de memoria como el Estudio Revolucionario del gran Chopin, obra que se había arreglado para mano izquierda gracias al compositor Leopold Godowsky.
Estreno del pianista zurdo
Cuando volvió a Viena, Wittgenstein comenzó a tocar obras adaptadas a la mano izquierda. Su debut como pianista manco lo hizo en 1915 tocando en un concierto benéfico para mutilados donde sorprendió a todos por su control de la mano izquierda y el desarrollo de su obra.
Gracias a la fortuna familiar pudo ponerse en contacto con compositores destacados para comenzaran a escribir obras para él, adaptadas a su mano izquierda. Birtten, Hindemith, Eric Wolfgang Korngold, Richard Strauss realizaron piezas especiales para él, pero sobre todo destacó la maravillosa Concierto para piano para la Mano Izquierda en Re Mayor creada por el compositor Maurice Ravel, uno de los más destacados escritores de piano del siglo XX.
Wittgenstein obtuvo fama y dinero, aunque no la esperada, ya que era un apersona muy exigente, y no dudaba en dejar de interpretar algunas de las obras que le componían si no le gustaban. En 1938, con la llegada a Alemania del partido Nazi, se instaló en Estados Unidos, donde desarrolló su carrera como profesor e interprete de piano.